Los tomates cultivados bajo técnicas orgánicas son más pequeños y son de mejor calidad en términos de concentraciones en sólidos solubles y fitoquímicos tales como la vitamina C, respecto de los cultivados bajo técnicas convencionales químicas.
Así lo indicó un estudio de la investigadora Maria Raquel Alcántara Miranda de la Universidad Federal de Ceara en Brasil, dado a conocer por la revista Plos One.
El estudio se realizó con el objetivo de poner a prueba la hipótesis de que en los tomates procedentes de la agricultura orgánica se acumulan compuestos más nutritivos como consecuencia de las condiciones estresantes asociados con el sistema de cultivo.
La acidez incrementó en un 29%, los sólidos solubles crecieron un 57% y las concentraciones de vitamina C aumentaron un 55%, pero suelen ser hasta un 40% más pequeños.
"La atención se ha centrado principalmente en el rendimiento en lugar de en la calidad gustativa y micronutricional de productos vegetales frescos. Esto puede estar bien para los alimentos básicos, pero, en cuanto a las frutas y verduras se refiere, se debe tomar en cuenta la materia de calidad gustativa y micronutricional más del suministro de energía", destaca el documento.
Las conclusiones sugieren que, al menos para la producción de frutas y verduras, los productores tradicionales deben tratar de reducir el estrés para maximizar el rendimiento y tamaño de la fruta, pero debe aceptar un cierto nivel como el impuesto por la agricultura orgánica con el objetivo de mejorar ciertos aspectos de calidad.
Estos resultados contrastan con una investigación de la Universidad de Stanford, que no encontró fuerte evidencia de que la comida orgánica sea más nutritiva o conlleve menos riesgos para la salud,excepto que se reducen las probabilidades de estar expuestos a pesticidas.
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