martes, 21 de mayo de 2013

Tomates Orgánicos Tienen Más Vitamina C y Más Azúcar

Los tomates orgánicos tienen un 29% más de acidez y un 55% de más de vitamina C.


Los tomates cultivados bajo técnicas orgánicas son más pequeños y son de mejor calidad en términos de concentraciones en sólidos solubles y fitoquímicos tales como la vitamina C, respecto de los cultivados bajo técnicas convencionales químicas.
Así lo indicó un estudio de la investigadora Maria Raquel Alcántara Miranda de la Universidad Federal de Ceara en Brasil, dado a conocer por la revista Plos One.
El estudio se realizó con el objetivo de poner a prueba la hipótesis de que en los tomates procedentes de la agricultura orgánica se acumulan compuestos más nutritivos como consecuencia de las condiciones estresantes asociados con el sistema de cultivo.




La acidez incrementó en un 29%, los sólidos solubles crecieron un 57% y las concentraciones de vitamina C aumentaron un 55%, pero suelen ser hasta un 40% más pequeños.
"La atención se ha centrado principalmente en el rendimiento en lugar de en la calidad gustativa y micronutricional de productos vegetales frescos. Esto puede estar bien para los alimentos básicos, pero, en cuanto a las frutas y verduras se refiere, se debe tomar en cuenta la materia de calidad gustativa y micronutricional más del suministro de energía", destaca el documento. 
Las conclusiones sugieren que, al menos para la producción de frutas y verduras, los productores tradicionales deben tratar de reducir el estrés para maximizar el rendimiento y tamaño de la fruta, pero debe aceptar un cierto nivel como el impuesto por la agricultura orgánica con el objetivo de mejorar ciertos aspectos de calidad. 
Estos resultados contrastan con una investigación de la Universidad de Stanford, que no encontró fuerte evidencia de que la comida orgánica sea más nutritiva o conlleve menos riesgos para la salud,excepto que se reducen las probabilidades de estar expuestos a pesticidas.




¿Cómo identificar los alimentos orgánicos?

Un auténtico producto orgánico debe estar correctamente identificado a través de un certificado de una autoridad competente. 


Los productos no ecológicos son asociados con una imagen de cuasi perfección: poseen una forma regular, tamaños seriados, y color uniformes. Son a simple vista muy estéticos. 
Por el contrario, los alimentos de cultivo ecológico 
son más irregularesposeen forma y tamaños variables.

Los alimentos orgánicos crecen de forma natural y no se ven perfectos, pero saben mejor y son más nutritivos y saludables, ideales para nuestra dieta.

Se consideran "orgánicos" los alimentos en los que en que durante ninguna etapa de su producción se utilizan fertilizantes, herbicidas o pesticidas químicos, así como tampoco en los suelos donde son cultivados. Además son productos que crecen saludables, fruto del respeto de los tiempos de desarrollo naturales y del medio ambiente en que crecen.



¿Qué es un certificado orgánico?
El término se refiere a productos agrícolas que han sido cultivados y procesados según normas estándar, verificadas por organizaciones autónomas estatales o privadas acreditadas. Todos los productos orgánicos que se vendendeben ser certificados y es importante que el consumidor sepa reconocerlos. 

¿Para que sirven las certificaciones en los alimentos orgánicos?
Es el modo más eficaz de garantizar la calidad y estricto cumplimiento de los métodos de producción ecológicos en los alimentos orgánicos. 



¿Qué garantiza la certificación orgánica?
Garantiza el control del productor de alimentos orgánicos, a través de una supervisión permanente por parte de inspectores que realizan visitas a los campos de cultivo e instalaciones de procesamiento verificando el cumplimiento de las normativas. Nuestra dieta saludable y el mayor costo que asumimos al elegir una alimentación orgánica es efectivamente una inversión confiable si identificamos los alimentos orgánicos.

¿Es igual la reglamentación y certificación en todos los países?
No, incluso la reglamentación acerca de los alimentos orgánicos difiere en los distintos países. En la mayoría de los países las leyes no regulan el uso de los alimentos orgánicos y biológicos, lo que constituye una ausencia de garantías en cuanto a la calidad del alimento en el tratamiento para su producción. Para ello nace un organismo internacional que se encarga de certificar y unificar la producción orgánico a nivel mundial: La IFOAM, (Federación Internacional de Movimiento de Agricultura Ecológica). 
La IFOAM lidera y promociona la implementación de la producción ecológica en todo el mundo, integrada por diferentes organizaciones ambientalistas y ecologistas, productores, ONG's,transformadores y consumidores, inmersos dentro la producción ecológica.


Comida organica no confundir!

Conceptos como natural, artesanal, hidropónico o amigable con el medio ambiente pueden parecer sinónimos de orgánico. Pero ojo, que hay un mar de distancia entre estos conceptos. Aquí una guía para distinguir de qué se trata cada uno


La razón fundamental es que aún existe una tremenda confusión sobre qué de verdad significa cada concepto. Por lo tanto, aquí va un útil glosario para cuando salgan de compras. Les permitirá tener un ojo mucho más agudo al minuto de seleccionar sus alimentos.
Orgánico: Alimentos que han sido cultivados y elaborados sin la intervención de agroquímicos. En el caso de frutas y verduras, hablamos de semillas limpias (no híbridas ni transgénicas), riego con aguas libres de metales pesados (fundamentalmente napas subterráneas, vertientes), suelos limpios  (que en los últimos 3 años NO han tenido exposición a fertilizantes, nutrientes o pesticidas sintéticos) abonos orgánicos (fundamentalmente compost y humus), control de plagas biológico. En el caso de productos elaborados (aceites, panes, mermeladas, etc,) hay que chequear que cada uno de los ingredientes empleados es orgánico. Este trabajo los hacen empresas certificadoras, por tanto, cuando uno compra un alimento etiquetado ORGANICO hay que chequear que también tenga el sello del certificador. En el caso de Chile pueden ser IMO (Suiza) o BCS (Alemania).
Natural: “Sin artificio ni mezcla o elaboración”, dice la Real Academia Española. Siguiendo esta línea hablamos de alimentos en estado puro. La lechuga o el tomate recién cosechado, por ejemplo. Sin embargo, esto no quiere decir que estén libres de químicos. Tanto la plantación de lechugas de varias hectáreas de Dole, como los damascos de una parcela en Paine se encuentran en un estado natural. Pero, ¿están libres de químicos? El gran productor aplicando fertilizantes como el huaso echando úrea (salitre) hacen que sus hortalizas pierdan la calidad de “orgánico”. Es más, según el Servicio Agrícola y Ganadero (SAG) las lechugas convencionales vendidas en La Vega o un supermercado sobrepasan varias veces  el nivel de químicos autorizado. Pero claro, son naturales. Ojo ahí.
Silvestre: Productos también en su estado natural y que con mayor probabilidad que los anteriores, carecen de “intervención química”. Los hongos que crecen en un bosque nativo, las moras y berries a la orilla de un camino rural en Frutillar. Se acercan mucho más a lo orgánico con la diferencia que no hay una certificación que lo testifique.



Artesanal: Aquí se trata de alimentos procesados (mermeladas, jabones, cremas, shampoo, miel, cereales, etc) que se elaboraron siguiendo códigos no industriales. Productos en que su creador ha puesto su sello personal, haciéndolos uno a uno, con sus manos. Ahora, el que una señora esté revolviendo por ocho horas sus tomates para dar con la mejor salsa del planeta –de seguro que será un producto de extraordinaria calidad y sabor– no asegura que este sea libre de químicos. ¿El azúcar de la mermelada hecha en casa dónde proviene? ¿Las pasas secadas en horno solar con qué uva fueron hechas? En estos alimentos hay cariño, hay preocupación, hay creación, pero eso no nos asegura que sean orgánicos.
Hidropónico: Esta es quizás una de las formas de cultivo que más se confunde con orgánico. Se trata básicamente de hortalizas (rúcula, lechugas, espinacas) cultivadas con un sustrato de agua. En vez de estar enterradas en la tierra sus raíces nadan. Por tanto todos los nutrientes que necesitan lo sacan de los químicos que el productor le pone al agua que hace las veces de suelo. Un consejo personal. Es mejor una lechuga que creció con tierra abajo y sol arriba tomando agua cuando necesitaba, que una que creció en el laboratorio de un invernadero, recostada sobre agua.

Amigables con el medio ambiente: Suele hablarse de productos de belleza o de limpieza que carecen de los químicos que tienen sus pares en la industria convencional. Sin embargo, el shampoo sin químicos con olor a lavanda y menta no necesariamente es orgánico ya que el cultivo de las frutas y hierbas que se utilizaron como materia prima pueden haber seguido los parámetros de la agricultura tradicional. Sin ánimo de ser excesivamente ortodoxa, ciertamente que se trata de productos de alta calidad, simplemente cabe la posibilidad de que no sean orgánicos. WeledaLogona son marcas mundiales que cumplen con la regla orgánica.
Suerte en la próxima compra!.

10 razones de por qué hay que comer orgánico

Más sanos, más naturales, mejores. Es clave conocer por qué los alimentos orgánicos son más saludables que los producidos por la agricultura tradicional

Algo difícil estar acostumbrado a la prueba de la blancura de cualquier supermercado. Todo blanco, todo limpio y todo, ciertamente, silenciosamente contaminado.
Basta caminar por cualquier mercado orgánico de Europa, Estados Unidos, Canadá o Australia, donde en alimentación orgánica nos llevan una ventaja de al menos una década,. Y no para ver si los granos están en perfecto estado, sino para buscar el gusano vivo caminando entre ellos. La prueba fidedigna de que lo que se están llevando a casa es justo lo que ellos quieren: orgánico.
Y como estamos en el inicio de esta aventura, bien vale la pena saber qué son los alimentos orgánicos, por qué son más saludables que los producidos por la agricultura tradicional y cuál es nuestro aporte como consumidores cuando los preferimos. Estar conciente de que lo que nos estamos llevando a la boca es 100% comida orgánica, es 100% libre de agroquímicos, es 100% puro y saludable.

Este es el decálogo del consumidor orgánico:

1. No tienen químicos, pesticidas, fertilizantes o aditivos sintéticos.
2. Su sabor, color y aroma son de la mayor calidad: están llenos de vida.
3. Tienen muchas más vitaminas, minerales y antioxidantes que los productos convencionales.
4. Son productos cultivados generalmente por pequeños agricultores y sus familias.
5. Contribuyen con la descontaminación del agua, del aire y de la tierra.
6. Por su calidad y compromiso con el medioambiente son la alimentación del futuro.
7. Protegen la salud del consumidor y del agricultor.
8. Son productos rigurosamente certificados, lo que asegura al consumidor una completa satisfacción.
9. La agricultura orgánica mantiene vigentes las prácticas agrícolas tradicionales.
10. Lo orgánico apoya la biodiversidad: una responsabilidad compartida desde el productor, al consumidor.

Ahora, para más información, imposible no recurrir a The Soil Association, organismo inglés que reúne agricultores, nutricionistas y todos los que tengan que ver con alimentación orgánica, el USDA, Ministerio de Agricultura de Estados Unidos.


Ideas para que todos los días sean el Día de la Tierra




El día 22 de abril se celebra el Día de la Tierra, un día para recordar que más nos vale cuidar este planeta. ¿Y el resto del año? ¿No deberían ser todos los días el Día de la Tierra? ¿O sólo cuidamos el planeta un día al año?
Tal vez la pregunta que cabe hacerse es qué puede hacer cada persona en su vida para que cada día sea un Día de la Tierra. En realidad, se puede hacer mucho, es especial, en lo que respecta a la comida y los residuos, ambos directamente relacionados con las emisiones de gases de efecto invernadero (GEI) y, por tanto, con el cambio climático.

Sólo hay que verlo desde una perspectiva más amplia. La mayoría del suelo del planeta se usa para la agricultura (entre los sectores productivos) y los productos químicos que se usan contaminan la propia tierra, así como lagos, arroyos y ríos. Por tanto, elegir lo que comemos es cuidar el planeta.

La clave está en la alimentación

Las prácticas agrícolas sostenibles y ecológicas respetan las cuencas hidrográficas, protegen los suelos y reducen las emisiones de gases de efecto invernadero. Así, cada día se pueden elegir alimentos que protegen el planeta. A continuación, señalamos algunas claves para comer sano y, al mismo tiempo, respetando el planeta:
  • Elegir alimentos orgánicos. Sus métodos de producción respetan el medio ambiente, fertilizando la tierra sin químicos, sin contribuir a la extracción de minerales o petróleo (muchos fertilizantes artificiales se elaboran a partir de este combustible fósil). Se protegen las escorrentías y, más allá, los océanos.
  • Comer de todos los colores. Verduras y frutas de diversos colores significan nutrientes y vitaminas de diferente tipo. La diversidad nutricional cuida la biodiversidad ecológica.
  • Optar por alimentos locales. Los agricultores locales protegen la tierra. Además, se consumen alimentos de temporada, que son más frescos y más sanos.

  • No desperdiciar la comida. Se calcula que en Estados Unidos, el 40% acaba en la basura. Esto implica que se desaprovecha, no sólo el alimento en sí, sino también la energía, el agua y la tierra que se utiliza para producirlo. Si, además, la comida desechada acaba en los vertederos, genera metano, un potente gas de efecto invernadero.
  • Evitar el consumo de envases. En Estados Unidos, se consumen al año unos 40 millones de botellas de agua de plástico. El envasado de alimentos también tiene un enorme coste ambiental. Hay que fomentar la reutilización y el reciclaje en los alimentos y bebidas.
  • Cocinar uno mismo y reducir el consumo de carne. Es más sano y supone menos gasto energético.


¿Pagarías más por un producto ecológico?

Según un estudio, para un alto porcentaje (81%) es muy importante que un producto sea no contaminante y en segundo lugar (49%) que sea biodegradable.




Según una encuesta, casi la mitad de los chilenos están dispuestos a pagar un poco más por un producto que haya sido fabricado ecológicamente. En estos días se ha dado a conocer un trabajo de una importante empresa de opinión pública. El trabajo se realizó con un panel de 800 representantes de una “población conectada”, compuesto por ciudadanos de alto nivel educativo, informados y una participación activa en foros ciudadanos o redes sociales.
Según este estudio, se detectó que este segmento de la población incorporó el tema del cuidado medio ambiental como una causa propia. Por ese motivo no solo suelen mostrar su interés por causas ecológicas, globales o nacionales, sino que también este interés ejerce una influencia directa sobre sus hábitos de consumo. La implementación de una “cultura sustentable” es algo que puede verse de a poco en la sociedad y algunos de los indicadores que dan cuenta de esa preocupación son los siguientes:


- El 51 por ciento de los entrevistados señaló que en los últimos seis meses ha reciclado. ( El reciclaje hace referencia a la reutilización de botellas, plásticos, o papeles)
- El 38 por ciento aseguró que ha disminuido el uso del auto (el uso del auto puede reducirse compartiendo el auto con más personas, cambiando el auto por una bicicleta o simplemente usando la red de transporte público)
- El 37 por ciento de los consultados afirmó que ha comprado algún producto que en su envase advirtiera sobre su origen sustentable, o en su defecto adquirió vegetales o frutas en un mercado de alimentos orgánicos.
- El 31 por ciento confirma que ha llevado sus desechos más tóxicos a un punto limpio o a un centro de reciclado.
- El 22 por ciento, por su parte estimó que ha reutilizado o reciclado la basura, como para hacer compost para el jardín.
Otro importante punto que se puede destacar de esta investigación se encuentran relacionados con los chilenos y el uso de los diferentes tipos de bolsas:
- El 42 por ciento aseguró que si le dan elegir una bolsa, cuando sale a comprar opta por las de papel
- El 24 por ciento lleva su bolsa de tela
- En tanto para el 19 por ciento le es indiferente
Se podría decir que para esta población conectada en un alto porcentaje (un 81 por ciento) es muy importante que un producto sea no contaminante y en segundo lugar (un 49 por ciento) que sea biodegradable (19 por ciento) y por último, que sea de marca (50 por ciento).
Por último, el 49 por ciento de los encuestados estaría dispuesto a pagar por un producto no contaminante, el 47 por ciento por un biodegradable y el 32 porciento por un producto orgánico

¿Qué es biodegradable?


Un informe completo sobre la biodegradabilidad: qué significa, qué productos son biodegradables y cuánto demoran en descomponerse, y las últimas novedades en las investigaciones en el tema.



Todas las cosas en este mundo tienen su tiempo contado, les lleva más o menos tiempo degradarse de una u otra forma. Una manera es la biodegradaciónque es cuando algo es deshecho por organismos vivos (principalmente bacterias).
La facultad de algunos materiales de reintegrarse a la tierra por acción del medio ambiente es lo que se llama biodegradabilidad.
El termino está relacionado con la ecología, el manejo de desperdicios, y más que nada cuando se habla de plásticos, ya que estos tardan cientos de años en ser descompuestos.




Proceso de biodegrabilidad

En el proceso de biodegrabilidad algunas sustancias químicas (desechos orgánicos, papel, etc) pueden ser empleadas como alimento por los microorganismos, que las utilizan para producir energía y crear otras sustancias como aminoácidos, nuevos tejidos y nuevos organismos. El material orgánico pude ser degradado de forma aeróbica, con oxígeno (al aire libre), o de forma anaeróbica, sin oxígeno (algo enterrado).
La biodegradabilidad de los materiales dependen de su estructura física y química, algunos como el vidrio no pueden ser biodegradados. Aunque se suele decir que un material no es biodegradable cuando el tiempo necesario para que los organismos lo descompongan es extremadamente largo, o supera la capacidad de los organismos para procesarlo, como pasa con el plástico y el aluminio de las latas. Hoy en día muchas cosas se fabrican con agentes biodegradables, como pasa con los detergentes, pero todavía están los plásticos y diversas sustancias como los insecticidas.


Veamos algunos ejemplos de cuánto tardan en pudrirse los materiales:
-Cáscara de banana: 2 a 10 días
-Pañuelos de algodón: 1 a 5 meses
-Papel: 2 a 5 meses
-Cáscara de naranja: 6 meses
-Cuerda o soga: 3 a 14 meses
-Calcetines de Lana: 1 a 5 años
-Envases/cartones de leche Tetra Paks (con algo de plástico): 5 años





¿Reciclas adecuadamente?


Aqui contamos qué es reciclar, cómo se realiza todo el proceso, y dejamos consejos para reciclar distintos materiales.


Reciclar es una de las más importantes acciones que podemos llevar adelante para ayudar al medio ambienteElreciclaje es un proceso para el tratamiento de los residuos, tanto industriales como domésticos, que permite volver a introducirlos en el ciclo de producción de un producto o de los materiales que lo componen.
Un ejemplo que ilustra bien el proceso de reciclaje puede ser el de las botellas  nuevas de vidrio que se realiza a partir del vidrio extraído de las botellas viejas que se han tirado y luego han sido recuperadas.

El reciclaje y las “tres R”

El reciclaje corresponde a una estrategia de tratamiento de los residuos denominado “de las tres R”:
  • Reducir: reagrupa todo lo relacionado con la reducción de los residuos.
  • Reutilizar: reagrupa los procedimientos que permiten darle a un producto ya utilizado un uso nuevo.
  • Reciclar:  es el proceso de tratamiento por el que tienen que atravesar los residuos mediante el reciclaje



Técnicas de reciclaje

Hay tres grandes divisiones de técnicas de reciclaje: química, mecánica y orgánica.
  • El reciclaje “químico” utiliza una reacción química para el tratamiento de los residuos, como por ejemplo para separar determinados componentes.
  • El reciclaje “mecánico” es la transformación de los residuos con la ayuda de una máquina, por ejemplo, una moledora de desechos.
  • El reciclaje “orgánico” consiste, después de la fermentación, para producir fertilizantes y combustibles como el biogás.

¿Cómo reciclar?

La cadena de reciclaje está dividida en tres partes o en tres etapas:
  • Etapa 1: Recolección de residuos: Las operaciones de reciclaje de residuos comienzan con la recogida de los residuos.
    Los residuos no reciclables son incinerados o enterrados en vertederos. Los residuos recogidos para el reciclaje se preparan para su posterior transformación. La recolección se organiza con ese fin.
    Como resultado de la recolección, los residuos, ordenados o no, son enviados a un centro de clasificación en el que, mediante diferentes operaciones, son ordenados para optimizar su procesamiento. Una de esas operaciones es la manual.
  • Etapa 2: Transformación: Una vez clasificados, los residuos pasan a las usinas que serán las encargadas de su transformación. Están integrados en la cadena de procesamiento que les es específica. Entran en la cadena en forma de residuos y salen en forma de material listo para usar.
  • Etapa 3: Comercialización y consumo: Una vez transformados, los productos acabados del reciclado se usan para la fabricación de productos nuevos que, a su vez, serán ofrecidos a los consumidores y consumidos. Para ser arrojados, recuperados y reciclados nuevamente.

El reciclaje es una contribución importante en la disminución de las cantidades de residuos que deben eliminarse en vertederos, por incineración o por otras vías. Por este motivo, el reciclaje es necesario para luchar así contra el aumento de los residuos.

Ir de picnic de forma ecológica




El buen tiempo invita a salir al encuentro de la naturaleza, y eso incluye ir de picnic. ¿Pero, cómo convertir una comida campestre en un gesto ecoamigable? Básicamenente, hemos de tener en cuenta una serie de consejos verdes, sin más complicaciones.
En efecto, mantener una mentalidad verde es el truco que hace la diferencia entre convertir la salida en un pequeño desastre ecológico o simplemente en un día agradable, respetuoso con el entorno, que sea feliz e inolvidable sólo para nosotros, sin dejar una señal indeleble en el pobre ecosistema, es decir, sin contaminar de lo lindo de forma gratuita.

Un bienestar responsable

Para que un lugar sea siempre idílico, un auténtico paraíso natural perfecto para ir de picnic, ante todo hemos de intentar que nuestro paso por él sea lo más liviano posible. Evitar hacerlo mal es sencillo, por otra parte, por lo que no tenemos excusa a la hora de planear las cosas bien y también luego para disfrutar de la comida.
Es fácil hacernos una idea de qué se espera de nosotros si pensamos que en el campo también hemos de considerarnos auténticos invitados. Lógicamente, esto significa ser educados y guardar un comportamiento digno de nuestro anfitrión, al que hemos de corresponderle por abrirnos sus brazos de par en par.




Son numerosos los consejos prácticos que pueden darse al respecto, y que podemos resumir con dos ideas generales que no dejan de ser lógicas si de ecología hablamos. No contaminar y respetar la flora y la fauna son las dos máxi que debemos cumplir de un sinfín de modos.
Los paseos o cualquier interacción con la naturaleza, así pues, han de ser una experiencia positiva y ecológica, lo que supone abstenerse de arrancar plantas, de capturar animales o de hacer fogatas de ningún tipo, ni siquiera para hacer barbacoas. Es más podemos aprovechar el momento para enseñar este tipo de valores a los más pequeños y también sería buena idea usar binoculares para observar de cerca los detalles del paisaje.
En el momento de la comida, además de no ensuciar en entorno, ser responsable con el medio ambiente supone no sólo utilizar platos, vasos o cubiertos reutilizables (la vajilla de casa es una opción) o, como mínimo, si son de un sólo uso elegir material biodegradable. En caso de usarlo de plástico o envases de cristal, no olvidar meterlo todo en bolsas y reciclarlas adecuadamente


El olor a romero aumenta la memoria hasta un 75%



El olor a romero ayuda a recordar, y no sólo lo dice la sabiduría popular, sino la misma ciencia. Si Shakespeare ya puso en boca de su Ofelia aquella frase de “Aquí traigo romero, que es bueno para el recuerdo”, ahora descubrimos que en ella había una pista acertada sobre su auténtico poder para mejorar la memoria.
El estudio más reciente sobre esta cuestión ha descubierto que el aceite esencial de romero permite a las personas acordarse de hacer las cosas, un hallazgo que completa el realizado por investigaciones anteriores acerca de su utilidad para evocar el pasado y, en general, para mejorar la memoria a largo plazo.

Así, tras una serie de pruebas realizadas a personas sanas por un equipo de psicólogos de la Universidad de Northumbria, en Newcastle (Reino Unido), se ha concluido que el aceite esencial de romero aumentaba entre un 60 y un 75 por ciento las probabilidades de recordar hacer cosas tan cotidianas como tomarse un medicamento, acudir a una cita o acordarse de una fecha señalada.


Ayuda a hacer cálculos mentales

Además de mejorar la memoria a largo plazo y la capacidad de realizar ejercicios mentales de aritmética, por lo tanto, este nuevo hallazgo le atribuye una gran capacidad para fomentar lamemoria prospectiva, convirtiéndolo en un remedio fantástico para la vida moderna, siempre tan bombardeada de pequeñas tareas.



No en vano, los participantes del estudio que se encontraban en la habitación con olor a romero obtuvieron puntuaciones mucho mejores en el desempeño de este tipo de actividades que precisaban recordarse para su ejecución. Igualmente,con respecto a los que ocupaban una habitación de olor neutro, los presentes en la sala perfumada obtuvieron mayores concentraciones en sangre de 1,8-cineol, un compuesto bioquímico presente en la sangre que también se encuentra en el aceite esencial de romero.
Muy probablemente ello explique estos resultados, pues estudios anteriores encontraron que las moléculas volátiles de los aceites esenciales pueden ser absorbidos por el torrente sanguíneo mediante inhalación. Sea como fuere, ahora se quieren estudiar estos mismos efectos en personas con la capacidad congnitiva afectada, concretamente en individuos con problemas de memoria de distinta gravedad.



Tipos de vegetarianos, principales tendencias

Existen diversas formas de comer cuando se es vegetariano. Hay quienes comen huevos y productos lácteos, mientras los más estrictos no. Algunos que no pelan ninguna fruta y las ingieren crudas, mientras otros evitan alimentos procesados.





Nadie quiere que se metan con su dieta. Nadie quiere que le digan qué comer ni menos  sentirse culpable por cómo se alimenta. Comer es el placer más básico de todos, tal vez por eso para muchos la convicción ecológica tiene su punto de tope en la alimentación. Pero, se quiera o no, lo cierto es que es un tema imprescindible en toda discusión medio ambiental. No por nada en 2006 la FAO publicó un informe donde explica que el sector ganadero es la industria que más gases de efecto invernadero genera (el 18%, medidos en su equivalente en dióxido de carbono). Más incluso que el sector del transporte. Tiempo después, teniendo en cuenta ese dato,  la Universidad de Vrijé en Ámsterdam, llegó a una sorprendente conclusión: un vegetariano manejando una Hummer, produce menos emisiones de carbono que un carnívoro en un auto de ciudad cualquiera.

Como sea, hay muchas formas de alimentarse si se es vegetariano. La postura de la Asociación Americana de Dietética y de la Asociación de Dietistas de Canadá es que todo régimen de este tipo adecuadamente planificado es saludable y, por lo tanto, apropiado en su nutrición. Existen varias tendencias en este sentido, pero son siete las mas comunes e importantes hasta hoy



  • Ovo lacto vegetarianos. Su filosofía deriva del Budismo que basa su alimentación en la prohibición de matar animales por considerarlo una violación a la transmigración de las almas, es decir, a la reencarnación. Con el tiempo las razones han variado -las hay de tipo éticas, sociales y humanitarias-, pero la práctica sigue siendo más o menos igual: no comen ningún alimento de origen animal, exceptuando los huevos, la leche y sus derivados.
  • Veganos. Más que una dieta, es un estilo de vida: no consumen ningún tipo de producto animal, porque su ideología excluye todas las formas de explotación y crueldad hacia ellos. Esto va desde el alimento (nada de carne ni lácteos ni huevos) hasta la vestimenta (no usan ropa de cuero) y los cosméticos (quedan excluidos todas las cremas, lociones y maquillajes testeados en animales).
  • Vegalistas. Es un régimen estricto similar al de los veganos (sin consumo de carne, huevos ni lácteos), pero que sólo incluye la alimentación, dejando de lado la vestimenta y todo producto cosmético o de higiene.
  • Crudívoros. Es una dieta vegetariana basada en la alimentación de frutas y verduras lo menos peladas posibles y crudas, cuidando mucho su higiene para evitar intoxicaciones. La razón es que de esta manera se evita la irremediable pérdida de nutrientes que ocurre con la cocción, donde, por ejemplo, las altas temperaturas disminuyen en hasta un 50% las vitaminas de los vegetales.
  • Macrobióticos. Su ideología está basada en el principio del Ying y el Yang: se pretende lograr un equilibrio nutricional respetando las proporciones de lo que se come, pero sobre todo practicando una alimentación en armonía con la naturaleza, dejando de lado todo alimento adulterado. Por eso, además de renunciar a la carne, evitan todo aquello que haya sido cultivado con abonos químicos y suprimen todos los productos considerados industriales como el azúcar, las conservas, los colorantes y los huevos no fecundados.
  • Frugívoros, frutarianos o frugivoristas. Su filosofía es respetar lo que consideran la alimentación natural del hombre prehistórico, cuando se desconocía la existencia de las leguminosas y las verduras, por lo que practican el consumo abundante de frutas. De todas las tendencias alimenticias esta es la menos recomendable, por ser una dieta totalmente desequilibrada, ya que, exceptuando la fibra dietética, tiene un gran déficit en todos los nutrientes.
  • Locavoristas. Puede utilizarse como apellido de cualquiera de las tendencias anteriores y constituye uno de los términos más nuevos y usados en el último tiempo, tanto así que en 2007 fue premiada como la palabra del año por el New Oxford American Dictionary. Su ideología se basa encomer sólo alimentos cultivados o producidos localmente, es decir, dentro de un radio determinado que cada uno delimita de acuerdo a su idea de local. De esta manera, se obtienen principalmente dos beneficios: se disminuye la huella ecológica de la comida que viaja y se respetan los alimentos que entrega cada estación del año, además de reforzar el comercio y la economía local.



¿Eres ecológico? ¿Por qué ser ecologistas?

Te enseñamos las preguntas que debes seguir para saber si eres una persona ecológica:




Estamos ya casi en verano, en las vacaciones y un poco como que nos podemos distender y aprovechar de descansar.
Lo cierto es que el verano, también es el momento indicado para encarar nuevos proyectos o mejorar nuestra calidad de vida, ya que nos cargamos de energía.
Por eso te invitamos a que evalúes cuan ecológico eres con una serie de preguntas. La idea no es hacer un test de los que tengas que contar la cantidad de respuestas positivas o negativos, si no lo que se busca es que con estas preguntas reflexiones sobre tu relación con el medio ambiente.
 - ¿Reciclas?
- ¿Evitas generar basura?
- ¿Usas a menudo el trasporte público? O en su defecto ¿compartes el auto con otras personas?
- Si estuviera a tu alcance ¿comprarías un vehículo eléctrico?
- ¿Apagas todas las luces cuando sales de casa? Y si alguien deja una luz, o artefacto encendido sin usar, ¿lo apagas?
- ¿Compras alimentos orgánicos?
- Cuando te compras ropa ¿te fijas que este realizada mediante una producción respetuosa del medio ambiente y con material no contaminante?
- ¿Usas lámparas de bajo consumo?
- ¿Prefieres los envases retornables a los descartables?
- ¿Compras alimentos frescos?
- Cuando te lavas los dientes o cuando lavas los platos ¿dejas la abierta la llave del agua dejándola correr?
- Si tienes problemas como pérdidas en caños o similares, ¿concurres de inmediato con un especialista o te dejas estar?
- ¿Usas baterías recargables?
- Cuando compras alimentos ¿llevas tu carro de compras o tu bolsa reutilizable?
- Compras el diario o lo lees por la red
- ¿A menudo llevas contigo un tumbler o mug para ser reutilizado?
- ¿Juntas mucha ropa para hacer una sola carga en la lavadora?
- ¿A qué temperatura pones tu aire acondicionado, en más o menos de 24°?
- ¿Tienes muebles viejos en casa?
- ¿Cada cuanto te compras ropa?
Y tu ¿eres ecológico?. Y ¿Qué pregunta agregarías?


En este Blog siempre estamos haciendo hincapié en la importancia que tiene cuidar nuestro medio ambientetodo lo que nos sea posible, tratar de evitar la contaminación para que todos los seres vivos puedan disfrutar de un planeta más limpio. Sabemos que la ecología es primordial pero hoy nos cuestionamos: ¿por qué ser ecologistas?


En realidad, estamos pensando en la alimentación de los seres humanos. Hace un tiempo atrás, habíamos mencionado cierta información proveniente de productores ecologistas de Andalucía que explicaban cuál es el aporte de los alimentos al calentamiento global.  No obstante, no es necesario ser un productor ecologista para comprender la importancia de los alimentos ecológicos.
La mayoría de los consumidores se sienten más que felices de comprar productos “verdes”. En un estudio reciente realizado por Shelton Group, el grupo descubrió que los consumidores que compran productos ecológicos, al menos ocasionalmente, lo hacen más pensando en el dinero que gastarán sabiamente que en contribuir a mejorar el medio ambiente.
Un reciente estudio británico afirma que los alimentos orgánicos no son más nutritivos que los alimentos cultivados de modo tradicional. Pero esto no es lo que hace a la cuestión. Si se quiere minimizar la exposición a los pesticidas y ahorrar dinero, ya es sabido que los productos que llevan la etiqueta ecológica serán siempre más saludables. Especialmente, cuando nos referimos a frutas y a hortalizas que son las que poseen mayor cantidad de residuos de pesticidas. Algunos de estos productos son: melocotones, manzanas, pimientos dulces, apio, fresas, cerezas, col, lechuga, uvas (importadas), zanahorias y peras.


Los productos más limpios (o por lo menos, aquellos que contienen menos residuos de pesticidas) son cebollas, aguacates, maíz dulce (congelado), piñas, mangos, espárragos, arvejas (congeladas), kiwi, coles, berenjenas, papayas y sandías.
Ya sólo con pensar en los beneficios de una alimentación saludable tenemos un buen motivo para ser ecologistas. Por supuesto, motivos hay muchos más que ya iremos comentando.